Taller de escritura (5.2)

Este texto es el resultado de un ejercicio de 20 minutos en un taller de literatura.

Diluvio

Finalmente salió un tenue rayo de sol aunque su brillo era tan suave que me recordó a la luna llena en esas noches de invierno cubierta por las nubes densas y frías.

La humedad se sigue saboreando en el aire con un peso en la nariz que te abruma y y hace la respiración cansada a pesar de que hemos restringido nuestro movimiento y el aburrimiento es lo único que llena el tiempo entre los minutos de espera.

Cuántas horas llevamos así es difícil de saber. La falta de luz ya nos hizo perder la cuenta de los días y las noches. Solo vemos pasar el tiempo frente a nosotros como las hormigas esclavas de su monotonía que caminan en fila con el alimento a sus espaldas que quizás jamas comerán.

Ver la luz nos recuerda el ayer del ayer. Cuando el romanticismo regía nuestros quehaceres. Aquellos tiempos cuando el alcohol corría por nuestros cuerpos mientras la lujuria conquistaba nuestra razón.

Con esta tenue luz renace la esperanza que extrañamos como al hijo estudiando en el extranjero. Mantenemos la conexión con ese deseo de vivir, de volver a soñar, de probar el nectar de la buena suerte. De volver a disfrutar aunque a partir de hoy sea en el mas allá.